Ante la mezquindad, en esta novela se apuesta por la carcajada en personajes inolvidables como don Horóscopo, que conoce lo por venir; Perpetuo Paquidermo, inmortal; Cósmico, que recuerda todas sus vidas pasadas; la señora de Doble Anzuelo, los ángeles custodios, la Dirección General de Encarnadores, Cervantes, el apóstol san Pedro e incluso Dios.
Dispongámonos a reír
Póstumo. —¿Cómo? ¡Insolente!
Horóscopo. —Es la verdad.
Póstumo. —También será verdad este bofetón que le aplico por su insolencia.
Póstumo ejecuta lo que dice.
Horóscopo. —No me espanta: veía venir ese sopapo. Sé siempre lo que está por venir.
Póstumo. —Entonces habrá usted visto venir este otro.
Horóscopo. —Lo esperaba igualmente; pero también veía llegar este para usted.
Actualidad política y social
Cósmico. — ¿Usted no ha leído en algunos periódicos todos los días, que la razón no vale cosa mayor, y que suele extraviar al género humano? Además, sin ella se puede servir bien al Estado; la intención es lo que vale. La obediencia pasiva es el principio del deber. No; yo no quiero empleados que tengan más razón que la de sus jefes. El que manda, manda; y cartuchera en el cañón. ¿Opinioncillas aquí? No, señora. Por consiguiente, su marido de usted será repuesto.